25 Aniversario

Edición 1:

Entrevista realizada por Marcos Falcone a Mario Rusos, completa:

“Siempre hay que mejorar”





Son las cuatro menos cuarto. Recién salgo de una charla con una Abuela de Plaza de Mayo, en el marco de una Jornada para recordar la masacre de “La noche de los lápices” y quedé en un encuentro con el director de mi colegio, el Illia, el doctor Mario Rusos. Pienso mal de mí, le dije que 15:30 estaría en Dirección, y ya son las 15:45. No es culpa mía, desde luego, pero debí prever que saldría más tarde. Pero, al parecer, no me esperaba: Mario estaba charlando con profesores, en el buffet. Me sentí aliviado, no había llegado tan mal. A las 16:00 fuimos a su despacho y allí empezamos esta charla, que duró unos cuarenta minutos.

-¿Hasta cuándo es director del Illia?

-No hay una fecha determinada, el carácter interino de esta gestión que obra como consecuencia de la situación especial que se ha generado a nivel de rectorado donde el cargo de rector quedó judicializado y la gestión del actual rector interino, lic. Francisco Morea, está a término hasta tanto el consejo superior una vez que emane la decisión de la corte que establezca que mecanismos hay que seguir para elegir el rector, una vez que el consejo superior que tiene 30 días una vez que sale la decisión elige el rector. No hay tiempos, se especula puede ser en dos meses…

-No hay fecha límite, entonces

-No. En principio, esta gestión está por contrato hasta el 28 de febrero. Puede extenderse si es necesario.

-¿Por que quiere ser Director? ¿Qué lo motivo a llegar a un cargo tan importante, y hasta difícil?

-Primero, me considero en condiciones porque tengo experiencia de 5 o 6 años al frente de secundarios y terciarios. De modo que experiencia de gestión tengo. Lo que más me complace es el desafío que significa estar al frente de una institución publica, donde considero tiene que cumplir una función primordial como colegio universitario que es, y brindar un perfil, ir conformando un perfil de universitario futuro que vaya munido a lo que llamo una “profunda sensibilidad social”. Una persona que esté más allá de los intereses particulares, que tenga una mirada más abarcativa. Por otro lado, considero el colegio debe producir algunas innovaciones, tendientes a lo que acabo de decir, para adecuarlo a estos tiempos.

-¿Que colegio dirigió antes?

-Colegios de polimodal y el último es el instituto Pinos de Anchorena, terciario

-¿Cómo está el colegio, en calidad de enseñanza e infraestructura? ¿Bien, mal? ¿Hay que mejorar?

-Siempre hay que mejorar, uno mismo debe mejorar, yo me propongo mejorar día a día. De hecho esta institución, conformada por docentes, alumnos, no docentes, gente comprometida con el Illia, deben mejorar para que funcione y mejore la institución misma. Hay muchos aspectos para mejorar, en lo académico, y… no me gusta hablar de disciplina, porque es una palabra relacionada con el autoritarismo, pero sí de una especie de comportamiento, que sea más humano de los individuos, libertad con responsabilidad, cuida mutua, autonomía, donde todos nos preocupemos por uno y los demás, el interactuar. El hecho de mirarnos a la cara y sentir que nos comprometemos en el mismo proyecto. Te diría, Marcos, que la idea es recuperar el espíritu de bachillerato humanista con el que fue creado.

-¿No lo tiene?

-Yo diría que de pronto se expresa muy parcialmente, coincidiendo que debemos trabajar más fuertemente en eso. Sobre todo porque vivimos en una sociedad donde estos aspectos muy poco se tienen en cuenta. Entonces, nosotros encontramos el ámbito propicio, el educativo, para trabajar, discutir cuestiones y formar y formarnos. Ojo que también los adultos de acá, a veces hemos sido deformados por la cultura, porque ésta a veces te forma y te deforma, tiene aspectos positivos y negativos. Uno debe ser cuidadoso, ver si a lo mejor cayendo en situaciones que a priori desde el discurso yo puedo estar en desacuerdo, por eso es importante la mirada del otro. Desde el punto de visto humano hablo, no desde el técnico. No podemos fallar en enriquecernos humanamente.

-¿Y para el sistema educativo en general (al no poder tomar a Illia como común, porque no lo es) habría objetivos parecidos, no?

-Sí…

-¿Habría que mejorar algo antes?

-A diferencia del sistema educativo provincial, del cual depende el resto de los servicios educativos como el marplatense, (digo porque en los 90 la educación fue provincializada. Incluso los servicios educativos que tenía Nación, fue todo provincializado. Lo único con característica nacional es el Illlia, que depende de la UNMDP) tenemos cuestiones que nos hacen distintos al sistema en general. El sistema provincial tiene un fuerte arsenal normativo, es decir, documentos al que debemos acatar, respetar. Toda normativa fuerte que acorta y acota funcionamiento de personas en una institución a veces genera el efecto contrario, es decir, ante prohibiciones, transgredirlas para mostrar mi libertad.

-¿Libertinaje?

-No diría así, es una situación proclive a la violación de una norma. En cambio nosotros tenemos eso a favor, donde tenemos un clima de libertad, autonomía, que hace que cada no sea dueño de su persona, de sus acciones. Si bien uno no esta exento de mandarse macanas, de ganarse sanciones. Pero me parece que juega más a favor. Nos permite trabajar el comportamiento inadecuado de la gente desde la reflexión, desde el darse cuenta.

-¿La provincialización de la educación fue correcta?

No, a mi juicio. Cuando el sistema estaba dividido en dos ámbitos, Provincia y Nació, ésta última tenía a su cargo la dirección de personas, profesionales y alumnos. Se compartía la enseñanza. Cuando se transfiere toda la responsabilidad a la provincia…

-El estado dejo de participar.

-Exacto. Simplemente se reservó el hecho de generar políticas. El Ministerio de Educación de la Nación genera políticas para que las provincias las adecuen. Recibieron un paquete enorme, porque el sistema educativo es monstruoso.

-Podría haberse hecho una transición ordenada.

-También, sin duda. Pero creo que la Nación no debería haberse sacado de encima la responsabilidad de tener a cargo la educación.

-Es no hacerse cargo.

-Sí, pero fue una decisión política, convengamos. Estaba amparada por la reforma educativa que se dio, donde las condiciones para financiarla, implementada desde el Banco Mundial, reclamaban que la Nación no debía hacerse cargo de los servicios educativos, que debía transferirlos.

-Usted estuvo exiliado. ¿Es indiscreto hablar del tema?

-No, es público.

-Como hay que gente que le molesta y ya que estamos con La Noche de los Lápices…

-Sí, claro, correcto. Aparte, conocía a algunos chicos de la noche de los lápices, como María Claudia Falcone, cuyo hermano era compañero de estudios y en el centro de estudiantes de Medicina.

-¿Medicina?

-Sí, fue mi primer carrera. En el momento del golpe cursaba 3º año en La Plata, y era secretario del centro de estudiantes de Medicina. El compromiso social del estudiantado, en ese entonces, era muy fuerte. A diferencia de hoy, era común que las personas se comprometieran socialmente, había sensibilidad, nosotros habíamos armado salitas de primeros auxilios en barrios periféricos de La Plata, como Berisso, Ensenada.

-Ahora se perdió ese tacto con la gente.

-Se desmanteló porque en el medio se dio el Proceso, la dictadura, sangrienta. A mi juicio, socio cultural-mente cumplió sus fines, es decir, desmanteló la cohesión social, la solidaridad de la sociedad por esos momentos. Una mirada muy abarcativa del compromiso social, la responsabilidad, del ser colaborador con el otro. Se instala el terror, el miedo, el no te metas, y si bien hoy hasta se puede manejar inconscientemente, en la conducta de las personas sigue actuando ese efecto, del temor, del decir “yo no voy a cambiar la situación, por tanto no me comprometo”, sacándonos el problema, decir “pobres hubo siempre”, ignorando que la sociedad es una construcción social, donde a lo mejor no nosotros tuvimos que ver, pero sí otros seres humanos han llevado a que la cosa tenga estado de situación que otros padecemos y soportamos. Hubo otro momento, y no hace mucho, donde el comportamiento social era distinto

-Más solidario…

-Más solidario, más sensible. Hoy es más egoísta, y eso, atenta contra la cohesión, contra lo que llamo estas “redes” de cuida mutua…

-El defender a la patria.

-Que es defender a la sociedad, defendernos a todos, porque, lo sabes, lo hemos charlado, que la mirada del otro me constituye, dos personas piensan mas que una. Si al otro lo saco de circulación, no me deshago del problema, estoy potenciándolo, porque esa persona va a acudir a lo que sea por tal de sobrevivir. Voy a ser un poco desorganizado en la exposición, pero digo: yo provengo de una familia de escasísimos recursos. Mi padre hizo hasta primer grado, mi madre hasta segundo, son semi analfabetos, y pese a eso, yo tuve la oportunidad de acceder a la universidad pública, tratar de estudiar Medicina, después Psicología y luego Filosofía. Todo eso tiene que ver con un desarrollo social donde había mucha movilidad, ascendente, en los años 50 y 60 en este país había mucha movilidad ascendente. Alguien que provenía de un hogar de bajos recursos podía tener una profesión, podía acceder a mejores situaciones comparativas, profesionales y abrir su provenir. Entonces digo que si fue posible en ese entonces, ahora también puede ser. Lo que pasa es que atenta mucho la formación de las personas, la falta de sensibilidad, la cultura que apuesta al egoísmo e individualismo, que está exacerbado, y como hoy le decía a los chicos: en nuestra época, el tiempo verbal que más se conjugaba era el “nosotros”…

-Ahora es el yo.

-Ahora es el yo. Antes, un grupo de estudiantes que terminaba el secundario ni pensaba no ir juntos al viaje de egresados. Y hoy, es moneda corriente. Porque, con aquel no quiero juntarme… por esto, por lo otro y seguramente cuando con el tiempo lo piense, y se de cuenta que estas diferencias son tonterías, que eran pavadas y de pronto como no se puede volver atrás queda como una situación perdida…

-Una herida.

-No se si una herida, muchos a lo mejor no lo sienten…

-El que se da cuenta sí.

-Claro, ese si. Pero no todos se dan cuenta. Es una oportunidad perdida, y hay que tomar conciencia de que las oportunidades perdidas difícilmente se puedan dar de la misma manera. Seguro habrá otras opciones pero esa opción ya se perdió, ya fue. Dirán: “Y yo pude haber elegido una opción mucho más enriquecedora en lo humanístico, y de alguna forma con mi decisión empobrecí al ser humano”. Vos lo sabes, lo hemos hablado, cada decisión que tomamos empobrecemos o enriquecemos a la humanidad.

-Pasando a otro tema, recién estábamos en una charla con una abuela, dice que la dictadura es un problema presente… hace dos años desapareció un señor y no apareció más. ¿Qué opina? ¿Qué hace que no aparezca? ¿Hay complicidad del Estado, ejército, policía?

-Es un tema difícil. En principio, demuestra que sigue habiendo impunidad porque es muy difícil que en democracia un hombre desaparezca, y no se pueda tener rastro de él. En el proceso había un mecanismo de estado, preparado, para la desaparición forzada de personas, pero es impensado que en 2006 alguien desaparezca. ¿Qué se busco con eso? Jorge Julio López había prestado testimonio contra el militar Etchecolatz de modo que esos “sobrevivientes”, grupos de tareas, que habían sido tan activos en el proceso, seguro han actuado en las sombras, y para defender a un camarada de armas, tomaron represalia con López. Con un objetivo extra, además de que desaparezca él, es disuadir a los futuros testigos, de causas similares para que no presten testimonio y acusar a los genocidas que son llevados a juicio, a través del temor. Lo que paso a López te puede pasar si vos vas y das testimonio. Por suerte, el mensaje no tuvo el efecto que se buscó porque más allá de eso, recientemente se llevo a juicio a gente como Bussi, Menéndez, y hubo testigos que prestaron testimonios y ayudaron a que los condenaran. Quiere decir que la desaparición de López produce temor, pero no impide que la gente preste declaración en los juicios.

-El mensaje podría haber sido “seguimos estando y tenemos poder, sigue habiendo impunidad”…

-Sí, pero no al grado de impunidad en esa época y tampoco creo que esto sea amparado desde el Estado, lo descarto totalmente, pero si desde sectores del Ejército, la Policía también…

-Es muy extraño con el despliegue que hubo no lo hayan encontrado. Aunque sea el cadáver, porque podemos suponer que no está vivo. Y respecto de su exilio, puntualmente, ¿cuando fue?

Yo estuve desaparecido un año.

-Desaparecido

-Claro, a mi me secuestran por mi actividad en el centro de estudiante. Estoy un año desaparecido, tres años presos en La Plata y Caseros, y posteriormente, como no tenía causa ni motivo para estar ahí, la dictadura, por presión de organismos internacionales, en el 1978, para la época del Mundial, saca un decreto donde permite que aquellos a disposición del Ejecutivo sin causa puedan irse del país.

-Pero, si hago cuentas, me da que estuvo desaparecido antes del proceso…

No, no. Estuve desde el golpe… salí en 1979. Entonces la salida no fue automática… llevó un año. Y mientras, estaba preso. Los trámites los llevo adelante mi familia.

-¿Adónde fue?

-A Alemania. En una planilla, había que colocar tres países de alternativas. Yo coloque Alemania, España y Canadá.

-¿Pero se lo llevaron y lo dejaron en la calle?

-Cuando me dan la salida del país, el gobierno dispone que yo puedo salir de la nación, y a partir de eso, mi familia sale a buscar visas para irme a uno de esos tres países. Entonces, el primero que responde positivamente a la solicitud es Alemania. Me pagaron el pasaje, inclusive. De modo que ¿cómo oficia todo? Una noche a mi me sacan del penal, me colocan en un auto de la policía, me llevan a Ezeiza y me embarcan.

-Mientras tanto, seguía habiendo gente presa… no fue el final de la dictadura…

-No, no.

-¿Cuando volviste?

-Yo regresé en el 84. Tené en cuenta que el 10 de diciembre de 1983 asume Alfonsín y yo volví un año mas tarde. ¿Por qué?

-La amenaza seguía estando

-Claro. Y además, yo en Alemania tenía que renunciar a mi carácter de asilado, de modo que tenía que ver como evolucionaba la situación democrática en el país, a ver si era fuerte, o a lo mejor, como veníamos con tanta historia de golpes y democracias débiles…

-Reincidíamos

-Claro. Cuando veo que Alfonsín llama a enjuiciar a los culpables del proceso, eso me dio más tranquilidad, y ahí regrese, en noviembre de 1984.

-Para ir cerrando, y volviendo al tema del Illia, ¿Qué proyectos tiene un mente para la escuela?

-El año que viene cumplimos las Bodas de plata, los 25 años, en abril de 2009. El colegio, fue fundado en abril de 1984. Entonces, en relación a estas bodas de plata, al aniversario tan importante, estamos pensando en un festejo de todo el año, y otro central, en el día. Queremos hacer actividades de alguna manera vinculadas a los 25 años durante todo el año, para mostrar fuertemente al colegio en la sociedad. El colegio tuvo una vida interna muy fuerte pero gran parte de Mar del Plata desconocer el Illia, y me parece que el colegio debe abrirse más.

-Además que es un buen colegio, en una ciudad de mas de medio millón de personas, que haya 500 chicos haciendo el curso de ingreso es medio pobre…

-Vos tocas el curso, y me viene bien porque ese es otro aspecto que queremos trabajar. La idea es poder duplicar el número de inscriptos a los curso. Es necesario mostrarnos mejor, recorre las escuelas marplatenses, que los alumnos puedan participar del curso de ingreso…

-¿Eso incluye trasladar el ingreso a otras subsedes?

-No

-Porque me parece un error, mi hermana hizo el curso de ingreso y era muy lejos para nosotros, y además había mucha gente de la zona ahí… ni me quiero imaginar lo mal distribuido que estaban los ingresantes.

-Sí, hay que considerar que fue una experiencia piloto y no es que se pensaba consolidar o crear una subsede, fue una prueba. Coincido con vos, salio mal, fue un fracaso, y de hecho se levantó en agosto. Tiene que ver incluso con el hecho de que no teníamos personal de preceptoría para cuidar, porque era una responsabilidad del colegio. Entonces, ese fue el motivo por el cual se levanta, y de alguna forma, al levantarse la subsede se cae el proyecto y se concluye que como estuvo implementada fracasó. Considero –hablando por mí, porque hay discusión- que no se va a volver a implementar el sistema de subsedes, pero sí hay que reconsiderar el ingreso en estos términos: en los contenidos que se trabajan, digo, esos contenidos quizás tienen un carácter más bien enciclopedista, y yo pensaría que los alumnos que van a entrar al Illia ya tendrían que tener una preparación de ese espíritu del Illia, es decir, trabajar más el pensamiento, la crítica, la sensibilidad, los valores, pero no dejar de lado cuestiones como habilidades de pensamiento crítico porque a mi juicio hoy por hoy el qué, el contenido, lo adquieren hasta en Internet, y hasta lo hace mas atractivo. Lo que necesitan los jóvenes es qué hacer con lo que saben, el para qué, y de que manera seleccionar contenidos, hoy por hoy que vivimos bombardeados de información, hay que saber que alguna es basura, y otra que es significativa, la que sirve. Si uno no tiene esa preparación de discernir de que sirve y que no, un chico, que es un ser abierto que está abierto y con mucha ingenuidad confunde cosas importantes con otras que no lo son. Son cosas que hay que tratar desde el curso. Pero no digo que no sirven los contenidos, pero hay que resignificarlos con esto del pensamiento críticos, las habilidades y los valores. Me parece que tiene que ser el cariz que vaya adoptando el curso de ingreso.


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Octaviana...